jueves, 22 de septiembre de 2011

MIS COMPAÑEROS DE PISO Y VECINO III (TAO) PRIMERA PARTE

Hoy os voy a hablar del último de mis compañeros felinos de piso, Tao.
Es un gato negro, una pantera en miniatura, o no tan miniatura...
Su mote es "ENANO" (6 kilos del vellón pesa el tío...pero bueno...yo no pongo los motes...); por lo visto el mote es porque de edad es el más pequeñito (dos años,casi tres) y cuando llegó a casa de Jose era minúsculo comparado con las otras dos. De pequeñito también le llamaban VELCRO porque lo único que quería era agarrarse con sus uñitas a quien le cogía, para que le dieran mimos, y no se soltaba (más que velcro garrapata,, pero vamos no quiero meter cizaña, que no está el horno pa bollos y cada vez que me mezclan con los demás gatos me acaban encerrando porque me porto mal con ellos...).
Bueno ya os seguiré hablando de él, pero antes voy a transcribir un texto que Jose escribió sobre Tao una vez que le adoptó, y en otro post ya seguiré contando la historia de mi amigo negro:
"El 28 de septiembre de 2008, Elena me escribió por el messenger para decirme que se había encontrado un cachorrito de gato, muy pequeño y en muy mal estado, tirado en las escaleras de un generador de emergencias. La madre del cachorro, presumiblemente, se había desentendido de él al verle enfermo, y estaba solo, llorando desesperado. No pudo dejarlo ahí, y lo recogió. Era domingo y ella se iba a Valencia al día siguiente. No se lo podía llevar, así que me pidió que se lo cuidase unos días.
Yo, al principio, no mostré demasiado entusiasmo. De hecho no puse más que pegas. "¡ya tengo dos gatos! ¡no puedo tener más! ¡no me voy a quedar con él!", la dije. "Acoger, acoger" contestó "estoy hablando de acoger, sólo unos días". Bueno, vale. Acoger. Unos días. Puedo. Vinieron ella y Nuria por la noche en coche y le llevamos a un veterinario de 24 horas, donde le pusieron una inyección de antibiótico que tenía más sustancia que él mismo. ¡Pobrecillo! ¡que malito estaba! Tenía los ojos tan hinchados que pensamos que los iba a perder. No los podía ni abrir, eran dos llagas vivas. No pesaba ni cien gramos. Estaba en los huesos, a través de los cuatro pelos que tenía se le veía la piel, con los huesecillos del homóplato. Estaba lleno de mocos. No quería ni comer (le tuvimos que meter el contenido de las latas de pienso húmedo con una jeringa en la boca). Estaba tan deshidratado, que le cogías por el cogote y la piel se quedaba con la forma de tus dedos. Venía con bichos por dentro y por fuera... Y el pobre animalito, enfermo como estaba, lo único que sabía hacer era pedir cariño. Le llamamos Velcro por que en cuanto te acercabas (que ya tenía instinto el pobre, por que ni veía ni casi olía) se te agarraba con las uñacas, se te subía, y no te soltaba. Con todo lo que tenía, solo se calmaba cuando le cogías.
Al final, Velcro pasó una primera epoca en mi casa entre semana, y los fines de semana con Elena. Custodia compartida. Durante la primera semana, sobre todo, tuvimos miedo de que no saliese adelante. La veterinaria de abajo de mi casa, cuando se lo dejé en la mesa de metal, me dijo algo así como "no sé de dónde has sacado eso, pero no esperes que pase de esta noche". Pero la pasó. Esa noche y muchas más. Y poco a poco iba ganando peso, se le iban quitando los mocos, se iba poblando de pelo, e iba comiendo más y más. Cuando entraba en el baño a estar con él (por que durante un tiempo estuvo aislado de las gatunas), se me subía por la pernera del pantalón hasta el hombro, y se me quedaba ahí como si fuera el loro de John Long Silver (lo sigue haciendo, de hecho, aunque ahora sube de manera algo más civilizada). Recuerdo cuando me quedaba con él tumbado en la terraza al solecito, y él tumbado sobre mi. Y cuando empezó a estar bien, le buscamos adoptantes. Hablé con la Apap Alcalá, que siempre me ha dado mucha confianza y me han apoyado en estas cuestiones, para ver si nos podían ayudar a buscar; y lo pusimos en adopción a través suya. Salieron algunos adoptantes, pero por unas y por otras, ninguno llegó a interesarse definitivamente por él. Habían pasado cerca de tres meses desde que Elena le había recogido.
Y claro, tres meses son tres meses. Yo por el día le echaba colirio en los ojos, y él se subía por las noches a la cama para pegarme lametones en los párpados a mí. ¡Como rascaba! cuando le alejaba un poquito porque me hacía daño, se buscaba sus trucos para lijarme la frente con su lengüita. Cuando llegaba a casa era el primero de los tres en venir a saludarme. Ronroneaba con sólo tocarle. Ocurrió que era el gato más bueno y más cariñoso que he conocido nunca. En cualquier habitación en que me metiese, él iba detrás mío. Si me sentaba, se buscaba un hueco pegado a mi. Si me ponía a cocinar, se quedaba en la puerta a ver qué hacía. La pequeña torbellino se había enamorado de él también, y cuando no estaba detrás mío estaba detrás de ella (ahora no hacen más que zurrarse: están en plena adolescencia).
Finalmente, no podía ser de otra manera, hablé con la Apap, y les comenté que iba a adoptar al pequeñin yo mismo, así que hicimos los papeles, y definitivamente se quedó a mi lado.
Han pasado dos años desde que los dos estábamos tirados en la terraza echados al sol, y, aunque ya no es el cachorrito pegajoso que me seguía a todas partes, es un auténtico cielo. Algunas veces, si te agachas para acariciarle, él se aupa en las patas traseras para recibir tu mano. Todas las mañanas al despertarme se restriega contra mis piernas de camino a la cocina, mientras le tiembla el rabo. Me sigue por toda la casa mientras desayuno y me ducho; y no me deja irme sin que juegue con él un rato (de hecho se tumba frente a la puerta haciendo de piquete cuando me ve que salir con prisa y me voy sin hacerle alguna cucamona). Si me tumbo en la cama se sube y me regala con sus ronroneos y cabezazos. Y algunas tardes del fin de semana le entra la locura y corre delante de mí por toda la casa, o se tira en el suelo para jugar conmigo y pegarme mordisquitos.
¿Qué hubiera sido de nosotros dos, si hubiese dicho a Elena que no le acogía? No lo sé, pero supongo que, ahora mismo, para ser completamente feliz, me hace falta tenerle cerca".

Bueno, pues éste es el precioso texto de Jose (ahora entiendo por qué se enfada tanto cuando me porto mal con Tao y le hago rabiar; es que quiere muchísimo a Tao!!!).
Os dejo alguna foto y algún video de Tao para que veais cómo llegó a la vida de Jose (la verdad s que mucho peor que yo, el pobre...aunque afortunadamente también dio negativo a inmunodeficiencia y leucemia):







lunes, 12 de septiembre de 2011

VISITA AL VETERINARIO

El día 7 de septiembre fuimos al veterinario a que me pusieran la primera dosis de la vacuna de leucemia.
No me miró Antonio, sino otra doctora, que era muy simpática conmigo. Me sacó del transportín cogiéndome con mucho cariño y llamándome gordi. Me miró ojos, boca, oidos, me palpó...en fin, de todo lo que suele hacerse. Y luego tras decirles a Jose y Marta que hacían bien en mezclarme con los otros solamente cuando están ellos, por mi posible inmuno, y que en caso de estar infectada, sólo 1/3 de los gatos infectados desarrollan la enfermedad, me puso la primera dosis de la vacuna de la leucemia en mi pata derecha. Ya avisó que me iba a doler, pero jolín, me dolió de narices y me quejé durante todo el pinchazo, pero bueno, pasó pronto. Nos dijeron que podía tener cierto cansancio o sensación rara tras la vacuna, pero al llegar a casa me sacaron con los otros gatos y les perseguí como siempre. También me pesó y ya voy por 1,600, y le dijo a Marta que ya debían ponerme una cantidad determinada de comida, 60 gramillos al día, pero está bien porque es lo que venía comiendo. No me matan de hambre. Luego me dió unas golosinas para comerlas por lo bien que me había portado.
Durante la consulta, a la que por cierto vino mi abuela, que estuvo guay porque así la vi, entró Antonio. Yo estaba en el transportín y le vi a través de la ventanita. Me saludó y les dijo a Marta y Jose lo que le gusta el blog y lo bien escrito que está. Si es que soy una artista de la pluma.
Y bueno, el notición es que la misma mañana del 7 de septiembre Marta y Jose me vieron 8 colmillos, los 4 de leche y los 4 definitivos, y ya estoy perdiendo los colmillos de leche. De hecho Marta recuperó uno de ellos en el sofá de casa, y lo guardó en una caja de recuerdo.
Le hemos sacado una foto, que os pongo ahora para que veais mi dientecito. Aun me queda algún colmillo de leche, pero ya casi tengo mi dentadura definitiva completa y sin dientes de leche jeje.



Y yo aquí sigo. A veces me dejan salir a dar por saco a los otros gatos, pero sólo con Marta y/o Jose delante. No se fian de mí, en este caso...no sé por qué...
Y una de las veces que salí ví una cosa girar muy rápido y me llamó mucho la atención. Os pongo el artilugio. Si alguien sabe qué es, y puede informarme, que ponga algún comentario y me indique. Ando algo perdida:


Bueno os mando un besito, y ya seguiré con la historia de los gatos que me faltan, pero quería daros las últimas novedades de mi estado de salud.
Un besito a tod@s!!!!

miércoles, 7 de septiembre de 2011

MIS COMPAÑEROS DE PISO Y VECINO II (UBASTI)


Hoy os hablaré de otra de mis compañeras de piso, Ubasti.
Es una gata blanca, totalmente blanca, y la que tiene el pelo más largo de todos nosotros. Cuando Jose la peina, salen kilos de pelo del cepillo. Es algo que le encanta. Se muere de gusto cuando Jose la cepilla.

Su mote es "MARCIANA" porque es tan blanquita y tiene esos ojos tan verdes, que realmenteparece un gato marciano, de otro mundo...algo así:
Bueno, pues os voy a contar cómo llegó a la vida de Jose. Éste, por circunstancias que no me han contado, quería dar un giro a su vida, y entonces comenzó a montar en bicicleta y además quería tener un gato, pero como es tan bueno, miró en webs de protectoras y llegó a la de APAP Alcalá y vio una foto de una gatita, ya adulta, que parecía muy triste y desamparada, de forma que ya que no podía salvar a todos los gatos del mundo, decidió salvar el mundo para esa gata concreta, y la gata tuvo la inmensa suerte de dar con Jose, porque ya jamás volvería a sufrir abandonos y malos tratos. La pobre tenía una herida en la nariz y la encontró una persona de APAP Alcalá llorando desesperadamente ante la puerta de una casa de la que se acababan de ir. Probablemente la abandonaron en una mudanza. Afortunadamente dio negativo en leucemia e inmunodeficiencia. Tenía un año. Ahora tiene siete. Aquí podeis ver la foto que enamoró a Jose:

Se llamaba Blanqui, pero él le cambió el nombre por el de la Diosa Egipcia Ubasti. La mitología cuenta que Ra, dios del sol, cansado de la rebelión de los hombres, envió a su hija que tomó el aspecto de una leona, Sekhnet, furiosa y sanguinaria, que tomó iniciativa propia y comenzó a aniquilar a los hombres. Entonces Ra, tuvo que enviar a un guerrero, Onuris, que amansó a Sekhnet, convirtiéndola en Bastet, una diosa maternal que se hizo muy popular en el pueblo egipcio. Bastet (también conocida como Bast o Ubasti) se convirtió así en la diosa de la música, de la danza, de la alegría y de la maternidad;(joe soy mogollón de culta). Bueno, aquí abajo teneis una foto de la Diosa Ubasti:


Cuando llegó a casa de Jose estuvo varios días escondida, probablemente muerta de miedo y con el tiempo fue saliendo de su escondite, hasta que se ha hecho inseparable de Jose (sólo de Jose, todo hay que decirlo).
Pero no todo fue bueno al principio. Había muchas veces que enganchaba a Jose con las uñas, y éste reprendía su actitud. No lo hacía jugando, como yo muerdo (me quieren quitar la manía, pero yo por ahora paso de dejar de morder; me divierto) sino por miedo. Con mucha paciencia, Jose consiguió que dejara de engancharle, pero sigue teniendo un carácter muy peculiar.
Un día se puso malita (no jugaba, no comía) y la llevó Jose al veterinario, donde vieron que se había tragado un tapón de plástico. La tuvieron que operar para evitar que muriera. El resultado fue un costurón, cuatro días sin poder beber, ocho sin poder comer, y una buena temporada con un collar isabelino (de esos que cuando veis a los perros con ellos por la calle poneis cara de tontos y decís "ay pobreeeeee", pues eso, que no sólo ello lo usan. Nosotros también) para evitar que se chupara o mordiera la cicatriz. Ella intentaba quitarse la vía por las noches y Jose se dormía con su mano sobre la patita de Ubasti para evitarlo. Pero como la tuvo que dejar varios días en el veterinario cuando la operaron, dejó de confiar en los veterinarios y cada vez que la llevan, chilla y bufa muchísimo. La última vez la llevaron en una jaula de contención para poder vacunarla, porque si no, no había forma.
Otro rasgo suyo es que tiene pánico a los palos. Cuando ve aparecer a Jose o Marta con una escoba o una fregona sale corriendo. Piensa que la van a pegar y se esconde. Probablemente en su día también la pegaron con algún palo.
Para acabar, no se lo han puesto nada fácil porque le han metido cada dos años a un gato (Uki, Tao y ahora yo y ella se estresa muchísimo)
En general es desconfiada y muy temerosa, pero a la vez es muy social y tiene menos miedo queTao y Uki a los desconocidos. Pero claro, cuando se le acerca demasiado alguien que no es Jose, puede reaccionar mal. Marta se ha llevado algún enganchón de ella. No la acaba de aceptar aunque llevan conviviendo desde finales de mayo, pero no hay forma. Probablemente nunca la acepte totalmente, pero quizás algua vez le pierda el miedo y deje de intentar engancharla cuando Marta se acerca a hacerle mimos.
Sin embargo con Jose parece un perrito. Siempre está con él y va hacia él siempre que la llama. Duerme abrazada a él y es tremendamente dócil y cariñosa, pero solamente con él.
A mí me tiene miedo pero a la vez reacciona mal si me acerco mucho. Dicen que me gruñe mucho (yo como no oigo...) y me bufa cuando me acerco. Hay que reconocer que soy tremendamente pesada y siempre estoy persiguiéndola cuando la veo, y claro, a veces sale corriendo delante de mí pero cuando se ve arrinconada reacciona tirándome la pata y alguna vez me ha hecho tirarme al suelo para no llevarme un buen capón. Parece que se estresa con mi presencia (siendo sincera no me extraña nada), así que la sacan para que esté conmigo cuando yo llevo ya dos horas corriendo detrás de los otros y estoy ya cansada.
Bueno, pues os voy a dejar dos videos en los que podeis ver la relación que tenemos (un poco tormentosa, y si os digo la verdad, tengo yo casi toda la culpa, pero es que me da tanto subidón ver correr delante de mí a una gata tan grande, de 6 kilos, que no puedo evitarlo...)
Venga, os pongo los videos y seguimos en contacto, vale amig@s??????
Hale, sed buenos, y besitos felinos.







jueves, 1 de septiembre de 2011

Mis compañeros de piso y vecino I (UKI)

Hoy os voy a hablar de una de mis compañeras de piso, Uki.

Algo os anticipé cuando os hablé de mis inicios conviviendo con los otros tres gatos de Jose y Marta.

Uki es la única (ahora junto conmigo) que no es de un solo color. Ella tiene color marrón y blanco.

Según cuentan los humanos por aquí, a quien más me parezco es a Uki de pequeñita. Por lo visto era un trasto, tanto, que consiguió por méritos propios el apodo de "TORBELLINO".

Al parecer, Jose se la encontró en un aparcamiento de motos al lado de la comisaría de Policía de Villaverde; bueno, a ella y otros tantos como ella, sus hermanitos, que estaban desfilando con grave riesgo de ser atropellados. Jose pidió ayuda por internet en unos foros de gatos y una chica, llamada Uki (vais captando el por qué del nombre, no os lo tengo que explicar, no?) llegó con una jaula y muchas ganas de ayudar y cogieron a cinco de ellos. Otros tres se los quedó una mujer que los alimentaba y aun quedaba otro que al parecer alguien se llevó. Jose se quedó con uno de ellos, y luego Jose consiguió colocar al resto. Una de ellas se la quedó Gema, una amiga muy amiga de Jose que quiere venir a conocerme. A ver si viene pronto...

Todos dieron negativo en las pruebas (joe qué envidia sana me da de ellos, jeje, yo tengo que seguir esperando).

Bueno pues Uki llegó a casa de Jose, que por aquel entonces era un guapo soltero y sin compromiso, y que no conocía aun a Marta.

Aquí os dejo el enlace a un video y una foto para que veais cómo era cuando llegó a la vida de Jose:





La pobre llegó con tiña (Uki, no Marta), así que estuvo aislada (Uki, no Marta), como me ha pasado a mí, un mes, y luego ya cuando creció un poquito (era aun más pequeñita que yo cuando llegué), Jose la empezó a mezclar con Ubasti, que al parecer la tenía miedo porque no paraba de moverse y de hacerle perrerías. Además cuando Ubasti estaba recibiendo mimos de Jose, llegaba Uki y se interponía entre ambos, y os podéis imaginar la gracia que le hacía a Ubasti...pero también tenían momentos de muchísimo cariño entre sí, como podeis ver en este video:


Y esos momentos de cariño se han seguido dando cuando Uki ha crecido, como podeis ver aquí:


Luego fue ella la que tuvo que hacr de anfitriona cuando llegó Tao, y según me cuenta Jose, fue un verdadero flechazo, porque fue conocerse y empezar a jugar sin parar. No os miento, vereis:


Cuando creció se calmó y ahora es una gatita muy especial según Jose y Marta, porque para empezar, tiene el contorno de un ojo negro, y el del otro ojo, lo tiene negro pero incompleto. Parece que se ha ido de marcha maquillada a medias, jeje, y tiene unos preciosos ojos verdes, verdes, de un verde muy peculiar, con los que suele mirar a los demás un poco con cara de psicópata.

También tiene unas orejas de flipar, y cuando era pequeña, era una gata a unas orejas pegadas. Si habeis visto los videos, ya sabréis que no miento.

Luego es un poco torpe (claro, eso lo pensaban antes de llegar yo, porque ahora la ven súperágil, porque la comparan conmigo, y claro...).

Y para terminar le encanta el agua, de forma que se tira la vida entera subida a lavabos, bañeras, barreños etc. Cuando yo la persigo se sube al water pero por otras razones.






Uki antes, tenía una especie de perversión, que era llorar en el baño (no en otro sitio, el baño) hasta que Jose (o a veces Marta) salían de la ducha, y les pedía a voz en grito que se sentaran en el baño con la toalla encima para poder ponerse ella encima de la toalla, y que entonces la acariciaran.

Ahora se le ha pasado, afortunadamente, porque Jose siempre tenía que tener en el baño una toalla de más para estos momentos.

Uki, lo mejor que tiene, es que no es nada agresiva. Si no le apetece jugar y Tao o yo la estamos agobiando, nos bufa y se va corriendo, pero en ningún momento agrede. Es muy normal verla debajo de Ubasti recibiendo palos cuando las dos juegan, hasta que se cansa y se va corriendo. Pero no tiene un mal pensamiento nunca.

Eso sí, le pirran las gomas de pelo. Marta dice que desde que vive con estos gatos nota que su número de gomas de pelo ha disminuido de forma alarmante...

Le gusta dormir con Marta y Jose, entre los dos, y es, de los tres, la preferida de Marta, porque le haga lo que le haga, Uki se deja. Como mucho puede irse, pero no la morderá ni arañará jamás, ni a ella ni a nadie.

Y como es muy miedosa, desaparece cuando viene alguien a casa y es muy normal verla (bueno, no verla) debajo de la cama.

A mí no me pega fuerte. A veces suelta la pata cuando la persigo y se sube a un taburete, pero muy flojito y jugando. Conmigo es la más simpática de los tres, pero cuando se cansa de que la persiga me bufa y sale corriendo y casi siempre se sube alrascador o al armario porque ahí no llego yo (aunque ayer me subí a la parte de arriba del rascador; menos mal que Jose me bajó, que si no, no sé yo cómo lo hubiera hecho...).




Bueno, pues con los videos y las fotos, habreis podido observar lo simpática y guapa que es...aunque las orejas....y con esto os dejo que es muy tarde, me acaban de dar el viusid, y me da un sueño....que descanseis.

Otro día más, amig@s.